La Fe, sale de los templos y entra a las redes sociales.

Las restricciones tomadas por los gobiernos para evitar la propagación del virus del COVID- 19, motivo a los distintos grupos de personas a generar formas creativas de seguir reuniéndose, utilizando las redes sociales y los medios electrónicos.

Uno de los grupos que vivieron una Cuaresma y Semana Santa atípica, debido a la actual crisis de salud, fueron los los cristianos católicos. Las restricciones que los gobiernos implementaron para evitar la propagación del virus, impiden la reunión en templos y calles que los católicos utilizaban para manifestar su fe y compartir lo que ellos llaman “los sacramentos” (signos sensibles y eficaces de la presencia de Dios) y aunque la Iglesia católica siempre estuvo a favor de la propagación de la fe por medios electrónicos, aun a pesar de la crisis, no acepta la administración de estos sacramentos por vías digitales.

La explicación de los fenómenos, impulsa la investigación. Según el sitio web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define el COVID-19 como “una enfermedad infecciosa causada por un coronavirus descubierto recientemente. Tanto este nuevo virus, como la enfermedad que provoca, eran desconocidos antes de que estallara el primer brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019. Actualmente la COVID‑19 es una pandemia que afecta a muchos países de todo el mundo”. También explica que “la principal forma de propagación de la COVID‑19 es a través de las gotículas respiratorias expelidas por alguien que tose” por lo que se plantea el distanciamiento social, para minimizar el riesgo de contagio.

El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el virus del COVID-19 como pandemia, después de que el número de casos fuera de China se multiplicase por 13 y el de países afectados se triplicase.  Las personas responden a esta realidad de formas muy diversas.

La “Re” conexión de los católicos.

El uso de redes sociales ayuda a los grupos a mantenerse en contacto y crear una comunidad con características similares en la mayoría de sus miembros. El fenómeno de la “re” conexión de los católicos por medio de las redes sociales se intensifico en este periodo de confinamiento y para algunos es incluso nueva. Es en 1967 cuando el Papa Pablo VI habla acerca del papel que juegan los medios de comunicación social, como vehículos de transformación de la misma sociedad. Manuel Castells sociólogo, economista y profesor universitario español, autor de diferentes textos de comunicación, nos dirá que “La tecnología no determina la acción social, sino que permite un tipo de organización que no existiría sin Internet”

En los mensajes de las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales, específicamente las dedicadas al desarrollo tecnológico, como el mensaje de la jornada del 2010 presidida por el Papa Benedicto XVI, donde en su discurso menciona que: “La reciente y amplia difusión, (de los medios digitales) así como su notable influencia, hacen cada vez más importante y útil su uso en el ministerio sacerdotal” (Benedicto XVI, 2010). El Papa Benedicto XVI solicita a los sacerdotes, “unir el uso oportuno y competente de tales medios con una sólida preparación teológica” (Benedicto XVI, 2010). 

Las medidas sanitarias nos han confinado a nuestros hogares con el objetivo de evitar la expansión del virus del COVID-19. Esta realidad modifica varias de las actividades que normalmente hacemos. A medida que incrementa el tiempo en confinamiento, aumenta también el consumo de medios de comunicación dentro del hogar: radio, TV e internet. La Iglesia catolica, se ha preocupado por las formas y herramientas utilizadas para la divulgacion del mesaje cristiano, dentro de las áreas de influencia de la Iglesia católica la comunicación ha jugado un papel tan claro y tan antiguo como ser la misión de base de esta religión. “Lleven la Buena Nueva hasta los confines de la tierra” (Mc. 16,15) “id por todo el mundo y proclamar la buena nueva a toda la creacion” (Mc.16 17).

Las redes sociales consiguen llegar a tantos individuos, con tan dispares categorías económicas, sociales y culturales, porque cuentan con contenidos sencillos y no demuestran complicaciones para sus usuarios, pues lo importante es el contenido de la información.

El mensaje de Cristo ha recorrido diferentes medios, desde los sermones en el monte y en el mar de Galilea, pasando por los aerepagos romanos, la imprenta y más recientemente la radio, la televicion, el internet y las redes sociales. En la actualidad la Iglesia no puede cumplir con la misión encomendada, si no emplea los medios de comunicación social para llegar efectivamente con su mensaje.

Dentro de la historia contemporánea de la Iglesia, existen textos pontificios como la encíclica Divini Illius Magistri del Papa Pio XI en 1929 donde en su capítulo IV nos recuerda de “la potencia de los medios como herramienta de divulgación y su utilización adecuada es una de sus características más importantes”. Vemos por otra parte, la exhortación Apostólica “Evangeli Nuntiandi” de Juan Pablo II nos señala que los medios de comunicación son “necesarios para la educación” y recomienda no olvidarse de los desafíos que estos conllevan.

En la actualidad, las personas son influenciadas por los medios de comunicación social y la iglesia debe adaptarse al lenguaje de nuestros tiempos. (Juan Pablo II) “El primer anuncio, la catequesis o el ulterior ahondamiento de la fe, no pueden prescindir de esos medios” de comunicación (Pablo VI, 1975).

El Internet, como nuevo medio de comunicación, también es de interés para la Iglesia católica como lo ha sido la imprenta, la radio, la TV en su momento. Los considera el resultado del proceso historio de las sociedades. La Iglesia ha declarado a menudo su convicción frente a los medios de comunicación, son como dice el Vaticano II, “maravillosos inventos de la técnica”.

El Concejo Pontifico para las Comunicaciones Sociales redacto el documento “Iglesia e internet” donde expresa la importancia del internet como herramienta imprescindible en muchas actividades y programas de la iglesia, como la evangelización, la re evangelización, la catequesis y otros tipos de educación. Por otra parte, los considera como un vehículo para la divulgación de noticias e información, con referencia a diferentes temas como: apologética, gobierno y su misma administración. Aunque no para la administración de sacramentos. “La realidad virtual no sustituye la presencia real de Cristo en la Eucaristía, ni la realidad sacramental de los otros sacramentos, ni tampoco el culto compartido en una comunidad humana de carne y hueso. No existen los sacramentos en Internet; e incluso las experiencias religiosas posibles ahí por la gracia de Dios son insuficientes si están separadas de la interacción del mundo real con otras personas de fe”. (Iglesia e Internet No.9).

Son varias las actividades dentro de las áreas de acción de la iglesia donde el internet puede actuar, incluso en algunas formas de asesoría pastoral y espiritual, aunque en el tema de sustitución de la comunidad real, la liturgia y los sacramentos, solo pueden ser un complemento para atraer a la gente hacia una experiencia más plena de la vida dentro de esta religión, sin llegar a sustituirla.

Debido a las restricciones impuestas a raíz de la pandemia del COVID-19 varias parroquias, diócesis, congregaciones religiosas e instituciones relacionadas con la Iglesia, crearon y transmitieron programas de todo tipo de expresiones religiosas, haciendo uso del Internet intensificando, tanto a nivel nacional como regional, los proyectos creativos de la Iglesia para hacer llegar su mensaje dentro un tiempo litúrgico atípico de la Cuaresma y la Semana Santa.

La Iglesia necesita comprender y usar Internet como un medio de comunicación y requiere tener claramente en cuenta su carácter especial de medio directo, inmediato, interactivo y participativo.  La forma de hacer iglesia en tiempos de COVID-19 hace reconsiderar factores dentro de las nuevas formas de interactividad que nos brinda el Internet. El Internet está borrando la antigua distinción entre quienes comunican y quienes reciben lo que se comunica y está creando una situación en la que, al menos potencialmente, todos pueden hacer ambas cosas.

Las nuevas tecnologías aportan sobre manera al mensaje de la fe, pero los criterios de esta no cambian como si la tecnología. Los factores fundamentales de la fe, específicamente los sacramentos, no pueden ser trasmitidos por los medios digitales, pero frente a la realidad que afrontamos se estan creado propuestas que ayudan a tener a la comunidad reunida en la fe.

La encíclica Communio Et Progressio manifiesta que la iglesia como “Cuerpo vivo de Cristo” necesita un intercambio de legitimas opiniones entre sus miembros y la obligación urgente que tienen las escuelas católicas de formar a comunicadores y receptores de las comunicaciones sociales en los principios cristianos pertinentes, mensaje que ha sido repetido muchas veces dentro de las ”Jornadas de la Comunicación Social” ya que en la era del Internet, con su enorme alcance e impacto esta necesidad es más apremiante,

El Internet y las redes sociales, siguen ofreciendo nuevos recursos a seminaristas, sacerdotes, religiosos, animadores y laicos, pero es necesaria una formación más profunda en cuestiones de tecnología, administración, ética y política de las comunicaciones. Al leer en la declaración Gravissimun Educationis del Papa Pablo VI, podemos ver lo apremiante que es que “las facultades eclesiásticas, una vez reconocidas oportunamente sus leyes, promuevan con mucha diligencia las ciencias sagradas y las que con ellas se relacionan sirviéndose incluso de métodos y medios más modernos que formen a los alumnos para investigaciones más profundas.”, (Pablo VI. 1965. No.11)

Los temas acerca de Internet, se pueden remontar a los 70’s, pero solo como, “los nuevos medios digitales”. El sacerdote Francisco Javier Pérez-Latre, nos muestra diversos artículos donde intenta presentar el tema, desde el punto de vista de la evangelización y el acercamiento de la iglesia a las personas, haciendo uso de un nuevo medio, las redes sociales.

Muchas han sido en el recorrer de la historia en la que los cristianos y específicamente los católicos, celebraron sus liturgias, en confinamientos, alejados de sus familias o perseguidos. Hoy se enfrenta de nuevo a una cituacion que no le es desconocida y en cada época, el mensaje de Cristo llego a sus seguidores de forma tal que hoy por hoy sigue siendo una de las religiones mas influyentes.

La Iglesia se las ha arreglado para continuar viva frente a las calamidades, haciendo uso de las tecnologías de cada tiempo. En sus inicios la comunicación del mensaje era puramente oral y ya nos diría Habermas “La razón propia del acto del habla es permitir que dos sujetos sean capaces de entenderse entre sí”. (Habermas, J. 1981) Entenderse es el fin del lenguaje humano, aunque no son medio y fin. “Sólo es posible explicar el entendimiento si hay un empleo adecuado de las acciones que conlleve a una experiencia concreta de comunicación entre humanos”. (Orbaugh, 2015).

Las tecnologías avanzan, así como pasaron de la oralidad a la escritura, las cartas de Pablo, las primeras evidencias del uso de la escritura dando a conocer el mesanje de Cristo alla por el año 50 aprox. Y tratan de dar a entender el mensaje de Cristo, de colocar en común una idea, una idea que ahora se difunde por las redes sociales, que son “los nuevos Areópagos”, nuevos puntos de encuentro de personas, con intereses y valores parecidos, que forman nichos o públicos.

Los católicos también son un nicho, y tienen su forma de pensar y actuar frente a la realidad. En el libro “Comunicación y poder” de Manuel Castells, reconocemos una sociedad dominada por la información, o más bien, por quienes poseen esa información o el poder de cambiar las ideas en las mentes de las personas atreves de esta y la Iglesia no es la excepción, en su poder de persuadir mediante su mensaje, las mentes y las acciones de las personas.

“Hoy, los medios de comunicación puestos al servicio del Evangelio, ofrecen la posibilidad de extender casi sin límites el campo de audición de la Palabra de Dios, haciendo llegar la Buena Nueva a millones de personas. La Iglesia se sentiría culpable ante Dios, si no empleara esos poderosos medios, que la inteligencia humana perfecciona cada vez más. En ellos encuentra una versión moderna y eficaz del “púlpito”. Gracias a ellos puede hablar a las masas. (Pablo VI, No. 46.) 

La capacitación en medios digitales.

El Internet, es un medio de interacción con el conjunto de la sociedad y a pesar de ser tan reciente, la definimos como una red de redes de ordenadores capaces de comunicarse entre ellos. Sin embargo, esa tecnología es mucho más que una tecnología, la mayor parte de movimientos sociales y políticos del mundo de todas las tendencias utilizan Internet como una forma privilegiada de acción y de organización.

La Iglesia católica no deja de preocuparse, aunque el universo del Internet es amplio, los temas digitales no determinan su postura, solo la comunica. “Los hechos son lo que son, pero también lo que significan” según Joan Costa, todo significa para alguien. Y ese significado no está inscrito unívocamente en los hechos, sino que se genera en la mente de los individuos. Joan Costa (2010) nos lanza una premisa, estar en redes o no, dice algo de las personas y de instituciones como la Iglesia, ¿y que comunicar cuando la iglesia está en las redes sociales y el Internet? Los sacerdotes y los laicos se enfrentan además a dilemas éticos, de fe y pastorales. Los religiosos quieren, deben y necesitan comunicar el mensaje dictado por su líder, pero la herramienta que usan también comunica algo por sí misma. ¿Cuáles son sus límites, sus ventajas y desventajas?

 La necesidad de capacitación es importante dentro de la etapa de formación, para no generar una divergencia entre el mensaje y lo que aparece en redes de la persona que genera el mensaje. Como diría el Papa Juan Pablo II “no más divorcio entre fe y vida” podemos parafrasearlo diciendo, no más divorcio entre fe y vida “virtual” a esto también podemos aplicar el consejo de Joan Costa que afirma que “una cultura será integradora sólo si se hace presente y visible en la conducta de los líderes de la empresa”. Por eso, para que la cultura se fomente y se asuma como tal, hay que “realizarla y no sólo verbalizarla”. 

“Las personas se sienten implicadas cuando han de construir relaciones y encontrar amistades, cuando buscan respuestas a sus preguntas, o se divierten, pero también cuando se sienten estimuladas intelectualmente y comparten competencias y conocimientos”. (Benedicto XVI. 2013). Las redes se convierten cada vez más, en parte del tejido de la sociedad, en cuanto que unen a las personas en virtud de estas necesidades fundamentales.

Las redes sociales se alimentan, por tanto, de aspiraciones radicadas en el corazón del hombre, son un desarrollo del mismo ser humano y por ende de la iglesia, no puede apartar su mirada de ellas. Pero también, existen desafíos y las redes sociales deben afrontar el ser verdaderamente inclusivas, de este modo que se beneficiarán de la plena participación de los creyentes que desean compartir el Mensaje de Jesús”. (Benedicto XVI. Mayo de 2013). En efecto, los católicos advierten que, si la Buena Noticia no se da a conocer también en el ambiente digital, podría quedar fuera del ámbito de la experiencia de muchas personas para las que este espacio existencial es importante.

Para la Iglesia, el ambiente digital no es un mundo paralelo o puramente virtual, sino que forma parte de la realidad cotidiana de muchos, especialmente de los más jóvenes. Las redes sociales son el fruto de la interacción humana, pero a su vez dan nueva forma a las dinámicas de comunicación y que crea relaciones, por tanto, una comprensión atenta de este ambiente es el prerrequisito para una presencia significativa dentro del mismo.

Los retos al digitalizar de la fe.

Los retos que la iglesia enfrenta, son los que explica en general el Sacerdote Jorge Enrique Mujica, al hablar acerca del tema en el blog www.actualidadyanalisis.blogspot.com titulado “El sacerdote y las redes sociales. Oportunidades riesgos y desafíos”. Lo positivo de los medios modernos es la “posibilidad virtual” de la evangelización, la catequesis, el fortalecimiento de las relaciones interpersonales, la rapidez, la eficacia y el bajo costo, pero los peligros rondan en, olvidar el mensaje, considerar vanas las relaciones humanas y el desafío de no sólo usar estas redes para difundir el mensaje cristiano, sino de integrar el mensaje en esta nueva cultura. (Mujica J. 2010) La solicitud es a los sacerdotes a que no pierdan de vista saber quién son, dentro del gran teatro de la vida para que no perdida sus dones y tengan bien reconocidas sus limitaciones. 

Francisco Pérez-Latre (2012) nos presenta un documento donde nos habla de que la llamada “nueva evangelización” que lleva consigo la adopción de medios y lenguajes que sirven para difundir la fe en el contexto actual, marcado por “la prevalencia de la imagen y la comunicación digital” (Pérez-Latre, 2012). “la comunicación de la iglesia no siempre ha estado a la altura de la calidad del mensaje”, ya que en los últimos años se han producido numerosas crisis de comunicación dentro de la iglesia,

La Iglesia hace un manejo de medios y como los medios digitales son una verdadera opción frente a la crisis, debido a su inmediatez, bajo consto y facilidad de proyectar imágenes que puedan decir más que mil palabras, es imperante su utilización adecuada, máximo en situaciones tan poco habituales como la pandemia del COVID-19.

Antonio Spadaro, asesor para el Vaticano en temas de redes sociales, acuña el concepto de “Ciber-Teologia” y lo define como: “un nuevo fenomeno para mover los conceptos teologicos a travez de la red”. Spadaro, A. (2016). El en su libro “Compartir a Dios en la Red”, muestra el avance que la comunidad cristiana tiene en la red, “como herramienta de convivencia y de difucion de la fe”. Spadaro, A. (2016).

En el mundo actual, el Internet forma parte integrante de nuestras vidas, puede afirmarse que el ciberespacio se ha convertido en una nueva realidad existencial humana. Esto replantea las preguntas más elementales acerca de lo que somos como personas, y lo que anhelamos en lo más profundo de nuestros corazones menciona Spadaro y nos da las claves para comprender las coordenadas en las que se despliega la fe, la espiritualidad y la comunidad cristiana en la red.

Según Spadaro, “el crecimiento de la comunidad cristiana en Internet no significa únicamente introducir temas religiosos, sino sobre todo desenvolverse en el ciberespacio con un estilo y un comportamiento de apertura y diálogo”. Es mucho más que saber que existen las redes sociales, si no como ínter actuar con ellas y poder presentar valiosa información a los diferentes públicos. Spadaro reflexiona acerca de la relación entre la fe y la revolución digital que vivimos. Sin embargo, no se limita a constatar la presencia del cristianismo en la red, sino que propone el concepto de ciber-teología, una disciplina en la que podemos constatar que es posible un diálogo fluido entre la cibernética y la espiritualidad, la tecnología y la teología. Partiendo del nuevo concepto de Spadaro “ciber-teología” vemos como una teología en o para la red, enfocada especialmente en las herramientas de evangelización online y que la presencia de la fe en Internet es viable.

La ciber-teología es definida por Spadaro como: “la inteligencia de la fe en tiempos de la red”, como una “reflexión sobre la fe a la luz de la lógica de la red”. Es la era digital pensada desde la teología, desde la experiencia cristiana de la fe. Desde aquellos que defienden y predican la fe y utilizan los medios de nuestro tiempo para hacerlo, en este sentido, Spadaro recalca que se trata de una doble vía de influencia.

El fenómeno de las redes sociales e Internet para trasmitir el mensaje de la Iglesia Católica se acrecentó en mazo del 2020 a partir de la crisis del COVID 19 y de la celebración católica de la cuaresma y la Semana Santa, que es una de las celebraciones más importantes dentro de la religión cristiana católica.

Los católicos guatemaltecos y la red.

Los guatemaltecos católicos son aproximadamente un 49% de la población total del país, y los que más expresiones religiosas, fuera de sus templos acostumbran realizar en estas fechas. Este año, la Semana Santa, se quede dentro de las casas de los feligreses debido al confinamiento impuesto por la crisis del coronavirus y deja a hermandades, cofradías y fieles de Guatemala y otros países mayoritariamente católicos, sin pisar la calle.  

La crisis sanitaria provocada por la pandemia cambia por completo la estampa habitual del fervor religioso. Una transformación que ha llegado a las redes sociales y donde la fe religiosa se apodera de ellas. Desde misas en streaming, varias de las organizaciones religiosas se apoderaron de la red aportando un vídeo, una fotografía, un mensaje o link para vivir la Semana Santa en tiempos de COVID-19 y no dejar de lado los actos litúrgicos.

Los fieles comparten fotografías y vídeos de años anteriores, algunos incluso se reúnen en torno a una trasmisión en directo por Facebook Live para cantar y acompañar la liturgia. Es ahora cuando nos recordamos del paradigma de McLuhan que menciona que “los medios son como extensión de las facultades humanas” ahora, los dispositivos móviles se convierten en una prolongación de la fe.  Las expresiones religiosas existían antes del COVID-19, ya se trasmitían misas y actos religiosos en directo por la TV abierta y la radio, pero por el confinamiento, las diferentes formas de emisión aumentaron y también el consumo de programas religiosos por Internet y redes sociales aumento.

Desde luego que la Iglesia católica trabaja y seguirá trabajando en Internet, pero no para sustituir la riqueza del trato personal real o la administración de los sacramentos ya que Internet es un medio y no un fin.

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